Miembros de la sociedad civil y gobierno consideran que una CICIH, puede generar cambios importantes para el fortalecimiento de los derechos humanos debido a que la corrupción en el país se ha convertido en un flagelo normalizado, mientras personas afines al régimen anterior emiten discursos de intervencionismo para evitar mostrarse en contra de la instalación de un sistema anticorrupción.
Edmundo Orellana de la Secretaría de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción (STLCC), especifico que la presidencia de la República es la que ha promovido la iniciativa de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH), presentando la solicitud ante Naciones Unidas, donde se está dirigiendo un proceso de negociación, y también el presidente del Congreso Nacional ha manifestado una voluntad política para que la Comisión funcione objetivamente acompañada por sociedad civil y pueblos originarios.
Para Orellana, una CICIH debe conformarse por exfiscales, exagentes de investigaciones y expertos forenses hondureños y extranjeros que tengan afinidad a nuestra legislación para que acompañen de una manera independiente pero no alejada a las fiscalías del Ministerio Público.
Elvin Hernández, analista e investigador de derechos humanos en el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús (ERIC-SJ), explicó que no hay voluntad de todos los sectores, pero nadie va a decir públicamente que está en contra de la CICIH, porque hay personas afines al régimen anterior que emiten discursos de intervencionismo cuando se habla de estructuras anticorrupción más desarrolladas.
Según Hernández, la CICIH por sí misma no va a resolver nada, solo será una herramienta para fortalecer lo que ya se creó con la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), qué son los circuitos anticorrupción, y lo que fue la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción (UFECIC), ahora la Unidad Fiscal Especializada Contra la Corrupción (UFERCO).
“Da vergüenza que vengan organismos internacionales o países amigos a instalar mecanismos de transparencia o la misma CICIH, y anteriormente la MACCIH, entonces yo pienso que deberíamos ser capaces, del empoderamiento y compromiso de una nueva patria, un nuevo país, con gobernabilidad que proporcione una vida digna para todos los hondureños” señaló Hedme Castro directora ejecutiva de la Asociación para una Ciudadanía Participativa (ACÍ Participa).
Castro, agregó que la corrupción es realmente un flagelo que se ha normalizado en Honduras, no hay instituciones de gobierno privadas y públicas donde no fallen los casos, porque muchas personas piensan que las utilidades están para ser robadas o secuestradas, dejando una serie de violaciones a los derechos humanos que se manifiestan con el 74% de la población que está en pobreza y más de la mitad en extrema pobreza.
Asimismo, Hernández y Castro, puntualizaron que la corrupción, es el mayor problema que genera la desigualdad creando un hilo conductor de todo el deterioro del tejido social político económico, permitiendo la acumulación de riquezas con la entrega de territorios, la utilización de ríos para hidroeléctricas, las explotaciones mineras en las montañas, la privatización de carreteras, la disminución recursos en el sistema educativo y en el sistema de la salud donde hay bastantes antecedentes de saqueo, contextos que provocaron cientos de muertes durante el impacto de ETA e IOTA en 2020, mostrando que el país no se encontraba en condiciones para hacerle frente y como resultado un desplazamiento forzado en caravanas migrantes.
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