
La Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización, de Honduras, con el auspicio de la Unión Europea, el 9 de julio, en el hotel Real Intercontinental, de Tegucigalpa, realizó el Conversatorio Internacional con la presentación del proyecto “Una Constitución de la Tierra, para salvar la humanidad”, propuesto por el reconocido jurista italiano Luigi Ferrajoli, con el objetivo de difundir y promover el conocimiento del referido proyecto, fomentando el análisis crítico entre los Poderes del Estado, entidades centralizadas y descentralizadas, así como de otros órganos especializados y otros actores nacionales e internacionales y reflexionar sobre su implementación para abordar los desafíos globales que enfrenta la humanidad.
El profesor Luigi Ferrajoli, uno de los juristas y filósofos del derecho, más prolíficos e influyentes del mundo, probablemente el principal exponente del garantismo jurídico, participó desde su residencia en Roma por medio de teleconferencia. Para comentar la exposición del profesor italiano y motivar la
participación del público asistente, se conformó un panel presencial de expertos conducido por el Dr. Francesco Vincenti, diplomático italiano de carrera, actualmente integrante del movimiento constituyente de la Tierra; además participaron el Abogado Luis Ramírez García, de Guatemala, fundador y directivo del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de dicho país y el abogado salvadoreño Jaime Edwin Martínez Ventura, Abogado, Notario y Máster en Derecho Penal, quien se desempeña como Subcoordinador de la Oficina Técnica de la Asociación de Jueces por la Democracia (AJD). También participó de forma virtual el Dr. Joaquín Mejía, de Honduras, experto en derechos humanos y derecho constitucional.

En sus intervenciones, Martínez explicó que la constitución de la Tierra es un proyecto de ley fundamental global, que busca salvar a la humanidad de su autodestrucción por graves amenazas como la guerra, las masivas violaciones a los DDHH, las armas nucleares y los desastres ecológicos, mediante dos mecanismos: uno, imponer vinculaciones, límites, controles y obligaciones a los poderes formales y factuales que dominan al mundo; y dos, crear nuevas garantías y consolidar o crear nuevas instituciones garantes con competencia mundial, para volver efectivos los bienes y derechos fundamentales de todas las personas, que actuarían bajo el principio de subsidiariedad, es decir, solo cuando un estado nacional no sea capaz de garantizar dichos derechos o cuando dicho estado lo solicite a las entidades globales de garantía.
Advirtió que esta obra podría ser vista como una propuesta disruptiva pero en realidad, como lo explica el autor italiano, se trata de la profundización y potenciación del paradigma constitucional que nació hace casi cuatro siglos con el concepto de Estado Nación, que evolucionó fuertemente con posterioridad a la segunda guerra mundial, dando cabida a las constituciones estatales rígidas caracterizadas por la imposición de sujeciones y limitaciones a las entidades de gobierno y la ampliación de los derechos fundamentales de las personas.
Be the first to comment